domingo, 27 de enero de 2019

CLASE 7 El Mundo de las Relaciones El espacio exterior y el país psicológico.

CLASE 7 El Mundo de las Relaciones
El espacio exterior y el país psicológico.
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l mundo de las relaciones tiene tres aspectos muy diferentes que en forma precisa necesitamos aclarar.
            Primero: Estamos relacionados con el Cuerpo Planetario, es decir con el cuerpo físico.
            Segundo: Vivimos en el Planeta Tierra y por secuencia lógica estamos relacionados con el mundo exterior y con las cuestiones que atañen a nosotros, familiares, negocios, dinero, cuestiones de oficio, profesión, política, etc., etc., etc..
            Tercero: La relación del hombre consigo mismo. Para la mayoría de la gente, este tipo de relación no tiene la menor importancia.
            Desafortunadamente, a la gente sólo le interesa los dos primeros tipos de relaciones mirando con la más absoluta indiferencia al tercer tipo.
            Alimento, salud, dinero, negocios, constituyen realmente las principales preocupaciones del "Animal Intelectual" equivocadamente llamado "hombre".
            Ahora bien: Resulta evidente que tanto el cuerpo físico como los asuntos del mundo son exteriores a nosotros mismos.
            Creemos siempre tener algún conocimiento de nuestro cuerpo físico, más en realidad ni los mejores científicos del mundo saben mucho sobre el cuerpo de carne y hueso.
            No hay duda de que el cuerpo físico dada su tremenda y complicada organización, está ciertamente mucho más allá de nuestra comprensión.
            En lo que respecta al segundo tipo de relaciones, somos siempre víctimas de las circunstancias; es lamentable que todavía no hayamos aprendido a originar concientemente las circunstancias.
            Es mucha la gente incapaz de adaptarse a nada o a nadie o tener éxito verdadero en la vida.
            Al pensar en sí mismo desde el ángulo del trabajo esotérico Gnóstico, se hace urgente averiguar con cuál de estos tres tipos de relaciones estamos en falta.
            Puede suceder que estemos mal relacionados con el mundo exterior y como resultado tengamos conflictos, problemas económicos y sociales, etc..
            Puede que estemos mal relacionados consigo mismos y que secuencialmente suframos mucho por falta de iluminación interior.
            Obviamente, si la lámpara de nuestra recámara no se encuentra conectada a la instalación eléctrica, nuestro aposento estará en tinieblas.
            Quienes sufren por falta de iluminación interior, deben conectar su mente con los Centros Superiores de su Ser.
            Incuestionablemente, necesitamos establecer correctas relaciones no sólo con nuestro Cuerpo Planetario (Cuerpo Físico), y con el mundo exterior, sino también con cada una de las partes de nuestro propio Ser.
            Los enfermos pesimistas cansados de tantos médicos y medicinas, ya no desean curarse, los pacientes optimistas luchan por vivir.
            En el Casino de Montecarlo, muchos millonarios que perdieron su fortuna en el juego, se suicidaron. Millones de madres pobres trabajan para sostener a sus hijos.
            Son incontables los aspirantes deprimidos que por falta de poderes psíquicos y de iluminación íntima, ha renunciado al trabajo esotérico sobre sí mismos. Pocos son los que saben aprovechar las adversidades.
            En tiempos de rigurosa tentación, abatimiento y desolación, uno debe apelar a la íntima recordación de sí mismo.
            En el fondo de cada uno de nos, está la Tonantzin Azteca, la Stella Maris, la Isis Egipcia, Dios Madre, aguardándonos para sanar nuestro adolorido corazón.
            Cuando uno mismo se da el choque del "Recuerdo de Sí", se produce realmente un cambio milagroso en todo el trabajo del cuerpo, de modo que las células reciben un alimento diferente.

La persona como el núcleo más reducido de la Sociedad:

            En este mundo, encontramos las diferentes relaciones nuestras con lo que nos rodea.
            Para la comprensión de este tema, pasaríamos a estudiar lo que es el mundo planetario. En este caso: cuerpo físico con sus diferentes funcionalismos como son: lo que pensamos, lo que sentimos y nuestras acciones analizando a su vez la relación que tenemos de este cuerpo planetario o cuerpo físico con el Planeta Tierra, con la Sociedad, con la Familia, con toda la mecánica de problemas y situaciones que nos rodean.
            Es necesario comprender que la persona es el núcleo más reducido de la sociedad que no podemos cambiar a la sociedad, si la persona no cambia; que cuando estamos bien relacionados con nosotros mismos, ubicando en un orden lo que pensamos, lo que hacemos y nuestras emociones, indiscutiblemente esto nos va a servir para la perfecta relación con el planeta tierra, con la familia, con la sociedad.
            Resultado de todo este ordenamiento, podemos ser personas con una conciencia diferente, con una actitud diferente, sobre todo, rectitud en lo que pensamos, en lo que sentimos, en lo que hacemos.
            El mundo planetario o cuerpo físico, está adaptado a fenómenos exteriores en concordancia con lo que nosotros hemos sido, con lo que heredamos de nuestros antepasados y con lo que aprendamos de momento en momento y si no cambiamos nuestra actitud en relación con nosotros mismos, no podemos modificar nuestra forma de Ser.
            Al relacionarnos con algo o con alguien, es conveniente tener presente la buena relación con la Conciencia para extraer de toda cosa lo bueno que tiene y desechar lo malo que tiene y así enriquecer cada día la Conciencia, la voluntad y la comprensión y poder ser un buen padre, un buen hijo, un buen amigo, y sobre todo, un buen ciudadano.
            Resumen: En este tema trataremos de explicar la necesidad de tener un cambio en nuestra vida, en lo que pensamos, en lo que sentimos, en lo que hacemos, para que ese cambio se refleje en el hogar y en la sociedad.

Hombre: Físico, Intelectual y Espiritual.

            Cuando el hombre comprende que lo que aparece en el mundo físico como un cuerpo atómico celular, con sus respectivas características y funcionalismos biológicos, no es todo, y encuentra que la Gnosis, con sus estudios científicos y antropológicos, nos enseña a conocer que dentro de esta estructura física se penetran  y compenetran otros cuerpos que tienen como expresión la parte física, comprende también que la mente no es todo sino que, a través de ella, se manifiestan tres funcionalismos , los cuales debemos conocer ampliamente para tener una somera visión de lo que es el Hombre Físico, Hombre Intelectual y el Hombre Espiritual.
            El Hombre Físico: cumple y se desenvuelve dentro de una mecánica dificilísima, tal como las leyes naturales que lo rigen y las leyes de Dios, las cuales debe cumplir. También está en la obligación de respetar las leyes de los hombres, los cuales, por desenvolverse dentro de una mecánica tan grande, lo inducen en ocasiones a olvidar las leyes naturales y las de Dios para poder cumplir con ellas; lo antes mencionado ha quedado demostrado a través del tiempo y de los hechos.
            Permítaseme en este tema hacer un pequeño recuento de la historia, donde queda perfectamente demostrado que la ignorancia es atrevida y es la madre del error.
            Galileo Galilei, fue encarcelado por haber dicho que la Tierra gira alrededor del Sol.
            Sócrates, por haber ilustrado la psicología a través del Ser, con sus características revolucionarias, fue acusado de estar levantando el pueblo y fue asesinado, por la falsa Ciencia.
            El fanatismo religioso mató a Juana de Arco por haber sido una mujer revolucionaria y despierta.
            El hombre intelectual: si no equilibra el Saber con el Ser, se convierte en un bribón, ignorante, sabelotodo; para más desgracia, vemos a este tipo de hombres en las instituciones religiosas con poses de amos y señores que se codean con Dios estableciendo leyes , estatutos, tergiversando el contenido de los evangelios con el látigo del verdugo en la mano, lanzando excomuniones a diestra y siniestra , mezclando la religión con el dinero, con la política y comercializando con las Almas.
            El padre de familia, que en ocasiones gasta lo que se gana en borracheras, en cerveza, en bacanales, que insulta y maltrata a su esposa e hijos porque se cree el Rey de la casa, representa al caudillo de un hogar y, no obstante, se comporta así con su esposa, con sus hijos y también con lo que comparten con el aspecto religioso.
            Querido lector, a grosso modo exponemos ante usted tres personajes encargados de formar un mundo mejor. 
·      El jefe de hogar, encargado de formar a los hombres y mujeres del mañana con ese comportamiento.
·      El religioso, persona encargada de conservar la mística y el amor de la sociedad, ¿con ese comportamiento?
·      El caudillo o jefe de grandes masas, o quizás el político, ¿con ese comportamiento?
            Amigo lector, con ese cúmulo de cosas que andan mal, ¿usted sí cree en un mundo mejor?
            ¿Usted cree en cambios en las masas? Imposible mi caro amigo: si quiere un cambio, hágalo usted; si quiere un mundo mejor, créelo usted; no espere que el mundo lo comprenda, compréndalo usted. Así lo logrará, no pierda ese momento de euforia. Si por desgracia cae en manos de esos tres grupos de bribones que ya señalamos, se perderá y también todos los suyos, porque esos tres personajes ya indicados lo único que han sido capaces de hacer en esta época de bancarrota y de pérdida de todos los principios morales, es hacer un arca grande y espaciosa, no para salvarse del diluvio, como lo hizo Noé Bíblico, sino para entrar ellos con todos sus secuaces al río tormentoso de la vida para navegar en él hasta el abismo.
            El hombre espiritual:  Este hombre es el resultado de rigurosísimas disciplinas y super-esfuerzos, que ha sido capaz de encarnar la doctrina del corazón y no la doctrina del ojo; que ha visto siempre a la sociedad o familia y a los amigos como un ejemplo donde se ve de cuerpo entero, quien observa en los demás el reflejo de sus propios errores y en lugar de censurar a otra persona, busca corregirse a sí mismo. Es una persona que vive llena de amor, de comprensión, que ama a Dios, en la expresión de la vida; que aspira a la perfección, que llega a la muerte en posesión de todos sus sentidos.
            En síntesis, diremos que es un hombre noble y notable, no como aquellos que han gastado sus energías en la displicencia del placer. Estos pobres individuos son como naranjas exprimidas tiradas a la calle para que todo el mundo las pisotee.

El Individuo y la Sociedad:

            La sociedad humana es la extensión del Individuo. Si queremos realmente un cambio radical, si queremos un mundo mejor, un mundo sin hambre, necesitamos cambiar individualmente, cambiar dentro de nosotros mismos, alterar dentro de nuestra propia individualidad los abominables factores que producen en el mundo: hambre y miseria. Recordemos que la masa es una suma de individuos. Si cada individuo cambia, la masa cambiará inevitablemente.
            La Sociedad es la extensión del Individuo. Si el Individuo es codicioso, cruel, despiadado, egoísta, etc.., así será la sociedad. Es necesario ser sinceros con nosotros mismos; nosotros, cada uno de nosotros es malo y por lo tanto la sociedad tiene que ser mala inevitablemente.
            Es urgente acabar con el egoísmo y cultivar el Cristo-Centrismo. Sólo así podemos hacer un mundo mejor, es indispensable eliminar la codicia y la crueldad que cada uno llevamos dentro, sólo así, sólo cambiando el individuo cambiará la sociedad, porque ésta, sólo es la extensión del individuo. Hay dolor, hay hambre, hay confusión, pero nada de esto se puede eliminar mediante los procedimientos absurdos de la Violencia; quienes quieren transformar el mundo a base de Revoluciones de sangre y aguardiente o con golpes de estado y fusilamientos, están totalmente equivocados, porque la violencia sólo engendra más violencia, y el odio engendra más odio.
            Necesitamos paz si es que queremos resolver problemas.

La niñez desamparada: 

            Hemos visto en noches largas de invierno, a muchos niños hambrientos y desnudos, vagar por las calles de las Grandes Ciudades buscando angustiados un refugio donde pasar la noche.
            Hemos visto a estos pobrecitos niños de la calle huyendo desesperados del gendarme que los persigue para llevarlos a la cárcel o en el mejor de los casos a un asilo de huérfanos semejante a una cárcel de la peor calidad. No existe compasión para los infelices niños que huérfanos ambulan hambrientos y desnudos por la calle. Para ellos no hay lujosos colegios, ni bellos vestidos.
            Realmente la crueldad que cada ser humano lleva dentro se expresa fuera como falta de legítima caridad para los desamparados. El individuo es cruel y malvado, y así es la sociedad que él mismo ha creado. ¿Cuándo será el día en que grupos de damas y caballeros verdaderamente caritativos se asocien para brindar a estos niños pobres, elegantes y bellos hogares infantiles? ¿Hermosos colegios y resplandecientes comedores? ¿Cuándo? ¿Cuándo? Sólo cuando cada individuo se haga consciente de su propia crueldad, sólo cuando comprendamos que somos egoístas y crueles.

La Personalidad Humana:

            El ambiente de familia, la vida de la calle y la escuela, dan a la personalidad humana, su tinte original característico.
            El ejemplo de los mayores es definitivo para la personalidad infantil.
            El niño aprende más con el ejemplo que con el precepto. La forma equivocada de vivir, el ejemplo absurdo, las costumbres degeneradas de los mayores, dan a la personalidad del niño ese tinte peculiar escéptico y perverso de la época en que vivimos.
            En estos tiempos modernos el adulterio se ha vuelto más común que la papa y la cebolla y como es apenas lógico, ésto origina escenas dantescas dentro de los hogares.
            Son muchos los niños que por estos tiempos tienen que soportar llenos de dolor y resentimientos, los látigos y palos del padrastro o de la madrastra. Es claro que en esa forma la personalidad del niño se desarrolla dentro del marco del dolor, el rencor y el odio.
            Existe un dicho vulgar que dice: "El hijo ajeno huele a feo en todas partes". Naturalmente en esto también hay excepciones, pero se pueden contar con los dedos de la mano y sobran dedos.
            Los altercados entre padre y la madre por cuestión de celos, el llanto y los lamentos de la madre afligida o del marido oprimido, arruinado y desesperado, dejan en la personalidad del niño una marca indeleble de profundo dolor y melancolía que jamás se olvida durante toda su vida.
            Dentro de los hogares modernos el padre, la madre, los hijos, las hijas, parecen autómatas inconscientes ante la pantalla de televisión.
            Los niños levantados en este nuevo tipo de hogar ultramoderno, sólo piensan en cañones, pistolas, ametralladoras de juguete para imitar y vivir a su modo todas las escenas dantescas del crimen tal como las han visto en la pantalla de televisión.
            Personalidad y Esencia deben desarrollarse en forma armoniosa y equilibrada. En la práctica hemos podido verificar que cuando la personalidad se desarrolla exageradamente a expensas de la esencia, el resultado es el bribón.
            La observación y la experiencia de muchos años han permitido comprender que cuando la esencia se desarrolla totalmente sin atender en lo más mínimo el cultivo armonioso de la personalidad, el resultado es el místico sin intelecto, sin personalidad, noble de corazón, pero inadaptado, incapaz.
            El desarrollo armonioso de personalidad y esencia da por resultado hombres y mujeres geniales.
            En la esencia tenemos todo lo que es propio, en la personalidad todo lo que es prestado.
            En la esencia tenemos nuestras cualidades innatas, en la personalidad tenemos el ejemplo de nuestros mayores, lo que hemos aprendido en el hogar, en la escuela, en la calle.
            Es urgente que los niños reciban alimento para la esencia y alimento para la personalidad.
            La esencia se alimenta con ternura, cariño sin límites, amor, música, flores, belleza, armonía, etc..
            En la Gnosis consideramos al hombre como una fábrica de tres pisos que absorbe normalmente tres alimentos:
1.    El Alimento Común: Normalmente corresponde al piso inferior de la fábrica, a la cuestión está el estómago.
2.    El Aire: Está en el segundo piso, que se halla relacionado con los pulmones.
3.    Las Impresiones: Indubitablemente están íntimamente asociadas al cerebro o tercer piso.
            Tenemos impresión-cerebro, aire-pulmones, alimento-estómago.
            El alimento que comemos sufre sucesivas transformaciones. Esto es incuestionable. El proceso de la vida en sí misma, por sí misma, es transformación. Cada criatura del Universo vive mediante la transformación de una sustancia en otra. El vegetal, por ejemplo, transforma el aire, el agua y las sales de la tierra en nuevas sustancias vitales, en elementos vitales para nosotros (frutas, etc.). Así todo es transformación.
            En todo existe transformación. Así pues, la epidermis de la tierra es un órgano de transformación. Cuando comemos un alimento tan necesario para nuestra existencia, éste es transformado, claro está en etapas tras etapas.
            Claro está que los alimentos se transforman. Pero hay algo que nos invita a la reflexión y es la transformación adecuada de las impresiones.
            Resultaría magnífico transformar las impresiones. La mayoría de la gente como ven el terreno de la vida práctica, cree que este mundo físico les va a dar lo que buscan y anhelan.
            Realmente esta es una tremenda equivocación. La vida en sí misma entra en nosotros, a nuestro organismo, en forma de meras impresiones. Uno no podría realmente transformar su vida si no transforma las impresiones que llegan a la mente.
            No existe realmente tal cosa como la vida externa. Estamos hablando de algo muy revolucionario, pues todo el mundo cree que el físico es lo real.
            Pero si nos vamos un poquito más a fondo, lo que realmente estamos recibiendo a cada momento, a cada instante, son impresiones. Si viéramos a una persona que nos agrada o desagrada, lo primero que obtenemos son impresiones de esa naturaleza. La vida es una sucesión de impresiones. La realidad de la vida son sus impresiones.

La necesidad de cambiar la forma de pensar:

            Antes que todo, en estos estudios debemos empezar con los centros intelectual y emocional. Necesitamos en verdad cambiar nuestra forma de pensar de lo contrario marcharemos por el camino del error. Si ustedes continúan pensando como antes, con los mismos hábitos de otros tiempos, de qué sirve lo que aquí están escuchando.
            Se necesita cambiar la forma de pensar. Para vino nuevo, odre nuevo se necesita. Necesitamos cambiar completamente nuestra forma de pensar a fin de recibir esta enseñanza: ese es el punto grave de la cuestión. Porque si recibimos esta enseñanza y la añadimos a la vieja forma de pensar a la que teníamos antes a nuestros viejos hábitos mentales, nada estamos haciendo. Lo que estamos es engañándonos a nosotros mismos.
            Necesitamos que las emociones negativas sean eliminadas de nosotros, porque esas emociones negativas no permiten un cambio de fondo. Es imposible transformarnos si aún poseemos dentro de nosotros emociones negativas.
            Nosotros tenemos que erradicar de nuestro corazón las emociones de tipo negativo, que son verdaderamente perjudiciales en todo sentido.
            Empecemos pues por cambiar nuestra forma de pensar y de sentir.
            Tenemos que empezar por cambiar nuestra forma de pensar para trabajar correctamente sobre sí mismo. No podríamos concebir nosotros el Despertar de la Conciencia si antes no cambiamos nuestra forma de pensar.
            A medida que se vayan desintegrando todos esos agregados psíquicos inhumanos que cargamos en nuestro interior, la Conciencia irá despertando.
            Mucho se ha hablado en la Gnosis, más debemos primero cambiar nuestra forma de pensar para que nos hagamos más conscientes de la Enseñanza.
Esperando que ustedes sigan recibiendo esta enseñanza que nos permita cambiar nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar para que podamos aprender a relacionarnos correctamente con nosotros mismos en primera instancia y luego con la sociedad y el planeta.

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